El pulpo a la feria (pulpo á feira) es al gallego, como la pasta al italiano y en el Camino de Santiago no iba a ser menos. Su nombre deriva de una transcripción literal de la costumbre autóctona de comer el cefalópodo en las tradicionales ferias de los pueblos y localidades de toda Galicia, ferias donde se comercia con ganado, vegetales, utensilios y prendas de vestir, entre otros. Hoy por hoy, es habitual comerlo también en fiestas y romerías populares o de menú del día en muchos restaurantes.
La receta de este plato tradicional gallego, no es otra que cocer el pulpo con cachelos, es decir con patatas cocidas. Habitualmente si las patatas son nuevas (patacas novas), o sea las primeras de la cosecha, se cocerán con piel. Los condimentos para servirlo, preferentemente en un plato redondo de madera, son sal gorda, pimentón picante al gusto y aceite de oliva. En Palas de Rei nos gusta que pique y recomendamos comerlo con palillo, además el ejercicio ha de realizarse encima de un buen trozo de pan -gallego, por supuesto-, que absorberá los restos de aceite y las esencias del manjar. También os aconsejamos sopear, de hecho en Galicia consideramos de tontos, no hacerlo. ¡No hay por qué tener vergüenza! ¡Nos gusta comer y nos gusta que la gente coma y mucho!
En el Restaurante y albergue Castro, ubicado en la vigésima octava etapa del Camino Francés, el pulpo ya forma parte de su menú diario, del menú del peregrino, que también es para los vecinos, por cierto. Por nueve euros con cincuenta se ofrece a los comensales un primer plato, un segundo, bebida, pan y postre o café. En el caso del pulpo, como segundo, será un buen rabo (tentáculo, no sean ustedes mal pensados), cocinado a la parrilla y se servirá con patatas cocidas, bañadas en aceite y pimentón. Una manera distinta y también muy apreciada tanto por los locales, como por los caminantes que nos visitan desde todos los rincones del mundo.
Cabe explicar que el octopus vulgaris, en Galicia, se alimenta fundamentalmente de crustáceos, bivalvos, moluscos, algas y hasta de algunos peces, vamos que de almejas, berberechos, mejillones, nécoras y centollos, también nos gusta alimentarnos nosotros… Porque dicen que somos lo que comemos ¡y por ello el pulpo está tan bueno!
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